Temporada de actualizaciones, texturas y personajes en el follaje. Todo desaparece en el aire para renacer desde adentro, desde brasas estomacales, desde vísceras, atravezando el hielo paralizante del virus atemporal del calendario atmosférico. Se sigue luchando contra las máscaras, los lobos, la corderización y la aberrante sinfonía de dos notas del punzante tic tac a goteos. Sin victoria. Sin derrota. Las tonalidades se representan ahora como siempre debiesen haberlo hecho.

Ya no es fantasía. Se alcanza a oler la vida en el perfume de las parcas.

A pesar de que la metamorfosis de las mandíbulas en trampas de cazería sea impuesta en la telaraña social, hay quienes cierran la boca con tal precisión que se inmunizan frente a su domesticación hipnótica.